Historia de El Fuerte
Parte elemental sobre un lugar es conocer su historia para conocer las diversas situaciones que se vivieron y que fueron las que crearon y dieron forma a lo que todos conocen en la actualidad. Cuando se ve a la historia como ciencia, se puede estudiar el pasado de las civilizaciones humanas, lo que permite visualizar el acervo cultural que en su momento existió para ver lo que existe en el presente siglo, esto ayuda a tener un panorama amplio sobre el pasado histórico.
Además, contribuye a tener una idea más clara sobre la identidad que tuvieron quienes llegaron a vivir por primera vez en un lugar, lo que de ahí se desprende todo lo que hicieron para construir el lugar donde habitaron por muchos años, dando paso a nuevas etapas en donde sucedieron otras cosas importantes que quedaron registradas en la historia de cada pueblo. En este caso se presenta la información más relevante sobre lo sucedido en el municipio de El Fuerte, ubicado en el estado de Sinaloa, con datos básicos que sin duda ayudan a movilizar el conocimiento de las realidades históricas que existieron a lo largo del tiempo.
Cuando El Fuerte comenzó a existir como territorio lo que abundó en su totalidad fue la naturaleza, la cual estuvo cubierta por selva baja caducifolia, así como matorral sarcocrasicaule en la mayor parte del territorio, los animales también eran abundantes, habiendo gran cantidad de mapaches, venados, patos, conejos, escorpiones y más. Cuando llegaron los primeros habitantes a ese lugar comenzaron a construir sus viviendas con elementos que tuvieron a su alcance.
Diversos grupos indígenas habitaron en la región de Sinaloa como los cahitas, totorames, tahues, xiximes, acaxees, achires, pacaxes, tebacas y los tamazulas. Todos ellos fueron conocidos como culturas prehispánicas porque fueron personas que habitaron el estado antes de la llegada de los españols; además, desarrollaron las zonas donde se establecieron gracias a las prácticas de la recolección de frutos silvestres, pesca y caza.
Algunos grupos indígenas se diferenciaron más que otros, principalmente en cuanto a sus costumbres y lenguaje. En El Fuerte estuvieron los cahitas, quienes se desarrollaron menos que los tahues y totorames, además fueron evangelizados por misioneros jesuitas, quienes desde su llegada a la región, se dedicaron a estudiar y observar las costumbres de los feligreses y eso los ayudó a conservar algunas de ellas que para los religiosos fueron consideradas las más importantes.
Cuando se dio la llegada de los españoles al territorio nacional, sometieron a todos los indígenas gracias al ejército desarrollo de los europeos y a las armas que usaron para atacar, que a pesar de que los indígenas se unieron y trataron de defenderse, no lograron la victoria y fueron sometidos por los españoles liderados por Hernán Cortés en el nombre del rey Carlos I de España. Fue así como el 13 de agosto de 1521 la ciudad de México fue apoderada por los españoles, marcando la historia de lo que después fue el México mestizo.
Entre los años de 1521 y 1525 Hernán Cortés y sus militares hicieron algunas expediciones en el centro, sur y norte del país, con lo que se delimitaron los territorios y sus límites en el Virreinato de la Nueva España. Fue hasta el año de 1563 cuando el español Francisco de Ibarra y Arandia conocido como “El Fénix de los conquistadores” fundó la Villa de San Juan Bautista de Carapoa en el Valle de Carapoa, ubicado a aproximadamente 30 kilómetros de la actual ciudad de El Fuerte.
Dicho poblado existió durante poco tiempo, porque poco después de haber sido creado, fue atacado e incendiado por los indígenas tehuecos, motivo por el cual se tuvo que edificar el fuerte en esa zona con la finalidad de proteger a los colonizadores novohispanos, obra que se inició en el año de 1610 bajo la supervisión de Diego Martínez de Hurdaide. Esto hizo que otros cambios se dieron en la región, principalmente en cuanto a la estabilización de la zona y la tranquilidad de sus habitantes.
Francisco de Ibarra decidió nombrar al nuevo asentamiento “Fuerte del Marqués de Montesclaros” teniendo como referencia el fuerte que se había hecho (muchos años después se cambió el nombre por el actual que es El Fuerte). La historia muestra que la población comenzó a pacificarse después de haberse construido el fuerte, en donde actualmente se pueden ver unas flechas rotas que están cruzadas al pie de la construcción en el segundo cuartel.
A mediados del siglo XVII se creó la Villa del Fuerte de Montesclaros y se abrevió como “El Fuerte”, ciudad de la cual se originó el distrito y mucho después el municipio actual. Esto es parte de una referencia básica que permite ver cómo fue cambiando el nombre del municipio y cómo se fue modificando su territorio de acuerdo a las construcciones que se hicieron, pero sobre por los intereses de algunas personas con poder al saber manejar a las personas para tener su respaldo antes acciones que necesitaban de la unión de los habitantes.
La cabecera municipal tuvo muchos cambios políticos y sociales, así como eclesiásticos porque cuando llegaron los evangelizadores al país, se centraron en todas las poblaciones porque querían que todas las personas se acercaran a la religión católica. Los misioneros comenzaron a implementar acciones para evitar el sincretismo, teniendo una gran capacidad de diálogo con las personas, por lo que este proceso religioso se desarrolló como lo habían planeado. Los frailes aprendieron las lenguas indígenas, principalmente por la ayuda de los niños.
Enseñanzas como la doctrina, cartilla, catecismos y doctrinas cristianas fueron implementadas para que los indígenas pudieran recibir el bautismo de forma adecuada, teniendo el respaldo de su formación integral en mano de las órdenes religiosas encargadas de la evangelización de las poblaciones. Esto también implicó crear colegios, escuelas, iglesias, capillas y conventos, en donde desarrollaron una cultura, implementaron leyes, episcopado y justicia en las comunidades.
En el año de 1824 el Congreso Constituyente registra a la villa de El Fuerte como capital del Estado de Occidente, el cual estuvo integrado por las provincias de Sinaloa y Sonora. Cuando finalmente se consumó la Independencia de México, el 31 de octubre de 1825 se promulgó la Constitución Política del Estado Libre de Occidente, en donde se señaló la extensión territorial de los actuales estados de Sinaloa y Sonora, además de una parte del estado de Arizona.
En aquel entonces El Fuerte fue nombrado el primer municipio capital del Estado de Occidente, cuya cabecera se compuso de los partidos de El Fuerte, Álamos y Sinaloa. En 1825 se estableció la primera imprenta de Sinaloa en la villa de El Fuerte. Un año más tarde los indígenas Yaquis-Mayos se levantaron en armas contra la autoridad por los abusos que sufrieron durante muchos años, siendo la burocracia quien siempre tuvo el poder, provocando que se cambiara la capital del estado al municipio de Cosalá.
La historia muestra que la influencia de los Yaquis fue muy fuerte en varios territorios, pero la influencia de los colonos llegó a amenazar el equilibrio que los indígenas habían logrado tener durante mucho tiempo, hasta a comienzos del siglo XIX. Esto hizo que de 1825 a 1926 se desataran muchos enfrentamientos violentos entre diversas tribus, teniendo influencias del gobierno. Durante el proceso de colonización los indígenas defendieron sus tierras porque habían establecido una nueva relación. Conforme pasó el tiempo, se dio cierta presión por los Yoris sobre las tierras Yaquis porque tuvieron sus territorios ligados a los elementos religiosos que había sido introducidos por los jesuitas.
Para los yaquis sus tierras eran parte de un regalo divino que era para la comunidad y por lo tanto no podía ser repartido. Esto fue parte de algo simbólico pero muy importante porque esta afirmación se mantuvo a lo largo del siglo XIX, haciendo que los yaquis reforzaran su unidad. Esta tribu logró tener una esfera social y política igual que otras personas, defendiendo siempre sus derechos para poder seguir desarrollándose con los años, a pesar de que los cambios para ese entonces eran muy evidentes en la mayoría de las poblaciones del país.
En 1833 se instaló el servicio de diligencias entre las ciudades de Culiacán y El Fuerte. En 1849 se desató una epidemia de cólera en Mazatlán y rápidamente se propagó a otros lugares, uno de ellos fue El Fuerte con una presencia devastadora en 1851, porque cientos de personas murieron al haber sido una enfermedad infecciosa intestinal aguda no controlable que se contagiaba con facilidad de una persona a otra y por eso fue algo muy grave que afectó a muchas partes del país.
Después desapareció el estado de Occidente, el municipio de El Fuerte se convirtió en departamento y más tarde fue distrito. Esto dio paso a la creación del “municipio” en el año de 1917, con cabecera del mismo nombre que después fue reconocido como “ciudad”. Mediante un decreto publicado el 8 de abril de 1915 se creó el municipio libre de El Fuerte con una importante extensión territorial que fue definida en el año de 1016 y desde ese entonces continúa teniendo la misma extensión.
Es así como un lugar que comenzó siendo totalmente natural, con los años fue evolucionando gracias a sus habitantes y a la participación de los diferentes gobiernos que ha tenido, llegando al siglo XXI con edificios históricos importantes, zonas de atracción cultural, natural, arquitectónica, de ocio, arte y más. El Fuerte sigue escribiendo su historia a través del tiempo, permitiendo que más personas conozcan las maravillas de un pueblo mágico enclavado en el gran estado de Sinaloa.